
David Richards, que a punto estuvo de entrar en la F1 este año por pretender comprar la extinta Honda, es presidente de Aston Martin y ha declarado a The Times que tienen un acicate por la política de reducción de costes "la clave para que todo esto funcione está en el límite presupuestario. Es un buen momento para entrar. Si los presupuestos se limitan hasta un nivel razonable todos nos beneficiaremos. En lugar de ser un concurso entre los equipos con más dinero, la Fórmula 1 se convertiría en un campeonato para que tanto ingenieros como pilotos puedan lucirse y mostrar sus habilidades, como era anteriormente", comentaba optimista el millonario.
Por su parte, Martin Birrane, presidente ejecutivo de Lola, marca que ya estuvo presente en la F1 desde 1962 hasta 1997, declaró que "el imperativo de la Fórmula 1 de adoptar unas medidas más responsables en una situación financiera global difícil ha creado las condiciones ideales para que consideremos la posibilidad de desarrollar un coche para el mundial F1". Además mostró sus cartas en lo que es el análisis del proyecto que apenas empiezan "Hemos nombrado nuevo personal para el proyecto y se han asignado unos ingenieros para una primera etapa de evaluación de la cuestión", afirmaba Birrane.
En definitiva, que parece que interés hay, pero para empezar a correr en 2010 hay que dejarse de palabras y trabajar físicamente en los nuevos coches, instalaciones y personal. Hasta ahora solo se han visto movimientos empresariales y mucho marketing, pero nada concreto ni esclarecedor de lo que debería ser un proyecto sólido.
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