El secarral

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lunes, 30 de noviembre de 2009

F1: Entrevista al Director General de la FOwwwA

La Palma.- En el pasado mes de octubre nació la Formula One world wide web Association (FOwwwA), una organización que ha nacido para luchar por la igualdad, o al menos el acercamiento, entre los medios de prensa tradicionales y los llamados websites que tratan sobre la F1. Tras poco más de un mes, ya tienen en afiliadas a cerca de treinta webs de innegable calidad.

En la presente entrevista a su Director General, José Antonio Suárez, se tratan los asuntos concernientes a esta nueva y ambiciosa organización que lucha por ser el referente en las asocioaciones de webs de F1.




¿Quién eres de dónde vienes?
Me encanta marchar en una entrevista así. Directa. Soy un poeta que también escribe prosa y que para contribuir a mis ingresos, hago periodismo.

¿Los poetas no tienen ingresos?
Que yo sepa, no muchos. Su función es otra, más cerca de lo espiritual, pero…

¿Qué clase de periodismo haces?
Desde que inicié me he súper especializado, felizmente. Yo quería escribir y ser leído pronto y por muchos. Por eso me incliné por el deporte. También la nota policial ha dado muchas oportunidades para hacer trabajos interesantes. Julio Cortázar aconsejaba, con fervor, esas dos venas del diarismo. Él hacía trabajos extraordinarios sobre el box, aunque también con el jazz.

¿Qué es la súper especialización en el periodismo, según tú?
Ocuparse monotemáticamente de un giro. En mi caso, no fue el deporte en sí. Fue el automovilismo, y ya dentro de él: las carreras de Fórmula Uno con toda su parafernalia.

¿Cuándo iniciaste?
En 1987 a través del diario más importante de mi ciudad -Guadalajara en México- que se llama El Informador.

¿Qué hacías?
Cuentitos y crónicas a partir de personajes o de momentos. Taruffi, Boneto, Maglioli y por supuesto Fangio y ni se diga, Nuvolari. Corredores que me decían mucho, porque de niño los había admirado, ya que varios de ellos venían a las carreras Panamericanas de México en los años cincuenta o sesenta. De Tasio me enteré por las crónicas en la hemeroteca. Las leía con una sed insaciable. Sin jamás haber visto a este piloto, es uno de los ases del volante que más admiro, aunque sea un fenómeno de la prehistoria de la F Uno.

¿Sólo de tus ídolos escribías?
De inicio sí. Luego me fui documentando más y más. Había seguido muy de cerca los Grandes Premios que se celebraban en mi país, o iba a los Estados Unidos a presenciarlos. De suerte que vi de cerca muchas veces a Bruce McLaren o a Jim Clark, a Moss y más tarde a Villeneuve, por ejemplo.

¿Pero, cómo te volviste profesional o no lo has sido?
Claro que lo he sido, en la medida que algunos años he vivido consagrado nada más en eso. Como lo hago ahora. En la década de los ochenta me retiré de los negocios de la familia, laboratorios farmacéuticos, y con mis ahorros fui a vivir a Europa para seguir las carreras. Vivía en Portugal, al norte de Lisboa en una ciudad linda. Santarem. Desde allí arrancaba al continente cada determinadas semanas. Iba a todos los ensayos que podía en el invierno. En Estoril, conocí a Jean Todt era el jefe de Peugeot sport cars. Ha de ver sido en el invierno de 1989.


¿Seguías o no toda la campaña?
El primer y segundo año nada más por Europa y América, al tercero ya fui a todo el mundo. De esos años hay mucho que contar. Me tocó el reinado del presidente Jean Marie Balestre y su caída, que parecía imposible. Y claro, la llegada de Max Mosley.

¿Siempre con El Informador?
No siempre. La inercia me fue empujando a varios periódicos de los Estados y rematé en la capital del país en el Uno más Uno. Después trabajé varios años para El Financiero y luego varias revistas, hasta que fui el editor en viaje del Dossier Top Fórmula Uno. Una revolución en su tiempo, ya que era un cartel grande, con una foto ampliada casi a un metro de ancho.Pero en los dobleces se hacían las ocho páginas con la información de cada carrera.

¿Solo prensa escrita?
También fui el enviado especial de Grupo Acir -radio nacional- para el programa Los Protagonistas acompañando a quien era el periodista deportivo número uno del país y uno de los más grandes de América. Colaboré también en la tele, a través de Imevisión, reportando desde el paddock y de los pits todos los Grand Prix.

¿Conociste a mucha gente en esa época?
Lo normal, andando con ellos todo el año. A Bernie Ecclestone por supuesto. A Luciano Benetton, a Enzo Coloni, a Eddie Jordan, a Giancarlo Minardi, a Peter Sauber, a Bernard Dudott de Renault, a todos los jefes de Ferrari que me tocaron -empezando por Mauro Forghieri- también, a Ron Dennis de McLaren y a todos los conductores de mi tiempo. Era lo natural.

Me tocó estar cerca de campeones muy importantes de la historia: Ayrton Senna, Alain Prost, Nelson Piquet o Nigel Mansell. Por allí deambulaban de vez en cuando Clay Regazzoni en su silla, Keke Rosberg o Emerson Fitipaldi.


Saludé muchas veces y entrevisté cada año a Jackie Stewart.

Mecánicos, administradores. Grandes periodistas y formidables patrocinadores.

Era la época en que reinaban las marcas de cigarrillos ¿Quien no era amigo de Agnes Carlier de la Philips Morris por ejemplo? De igual manera a mis paisano Jo Ramírez… Era un mundo en el que había que sumergirse.

¿Tienes anécdotas muy vivas de aquello?
Me acuerdo con gran nitidez de esas jornadas. Los fines de semana, en los cuales comía en alguna de las carpas de los equipos. Me encantaba la de Renault por lo quesos y el pan. Pero la de Ferrari por el café. Cada equipo tenía su perfil…

Era muy interesante meterse con los equipos pequeños porque allí se aprendía más. Había muy buenas amistades en Scuderia Italia o en Tyrrell. Fue una época en que podía ver de cerca como trabajaba Viladelprat, o escuchar a un joven Briatore gritando y haciendo aspavientos.

Conocí a Michael Schumacher cuando era casi un niño. Un amigo mío mexicano -Tomás López Rocha- le mandaba botines para el pilotaje, hechos en su fábrica a la medida. Alguna vez yo se los entregué.

Me tocó capotear algunas novias de Alessandro Nanini para que no se diera cuenta su esposa.

Seguí a un campeón por las calles de Budapest. Salíamos de nuestro hotel para ir al Hungaroring, Senna pasaba por ahí a todo lo que daba, él en su Honda deportivo y yo con mi camera-man, el caso es que fui siguiéndolo en un Mini Morris. Sin hacer caso a las luces rojas…

Más de una ocasión me tocó darle aventón en mi carrito a personajes perdidos en alguna ciudad o con algún desperfecto en su carro, cerca de Spa o de Magny Cours. De la misma manera, ir de dedo, ante alguna contingencia, con una celebridad.

Gozar del mundo con gente que se vuelve una sola tribu y que se encuentra en los aeropuertos, en las terminales, en los bares o los hoteles del mundo.

Cierta vez fui confundido en el aeropuerto de Marsella por un chofer de librea quien me llevó hasta el autódromo de Le Castellet en un Mercedes de lujo, pensaba que yo era el invitado de no sé qué autoridad. Fingí que no le entendía y al llegar simplemente me bajé y le di las gracias con un fuerte apretón de manos. Ni me podía imaginar en desaguisado que provoqué, pero de cierto yo llevaba prisa por llegar. Era un jueves en la tarde y yo tenía que hacer una entrevista para la radio al dueño del team Larousse.

Estar dentro de una convivencia por años, que en silencio te hermana con todos, aunque haya unos más importantes. En cierta instancia cada uno necesita de los demás.

¿Por qué dejaste ese mundo?
Fue en 1993 que hubo un grave problema en nuestra empresa familiar, que en ese año gestionaba un hermano y se complicaron las cosas. Me fui quedando, corrieron los meses y me empecé a ocupar con otros menesteres. Me atrapó una mujer y, el mundo cambió. Fue bueno también.

Más temprano que tarde volví de lleno a la literatura y a la cuestión editorial. Ahora, también haciendo periodismo de nuevo. Me siento satisfecho…

¿Cuál es ahora el nexo con la Fórmula Uno?
Descubrí el mundo de los blogs. Trabajé en el asunto de la creación en uno y pensé lo maravilloso que pudiera haber sido mi época en El Circo, con estas nuevas herramientas.

Me encantó el mundo de posibilidades que de pronto se me abrió. Yo venía de la era precámbrica donde se había dejado ya el telex, pero lo utilizable era nada más el fax. Las fotos había que mandarlas por transportación aérea.

La formación tortuosa de las revistas, su producción. La lentitud y el apretujamiento en los diarios. Las dificultades para dar con el lector. Qué barbaridad, me dije. Y arranqué con mi página W.

Estoy fascinado y aún paso de sorpresa en sorpresa. Le veo un futuro impresionante.

¿Y qué hay de la función gremial?
Número uno, que tengo mucho que compartir. Soy un decano que se ha adaptado a las nuevas tecnologías de la comunicación, tal vez un poco tarde, pero he encontrado en ese medio a personas fantásticas. Trabajadores, talentosos y muy creativos. Ellos me ponen la muestra y yo trato de seguirlos. Son el futuro del periodismo de la Fórmula Uno, no tengo dudas.

Dos, que aún hay bastante más por aprender. Y eso es algo que ya no demorarán mucho en comprender las autoridades, los equipos, los protagonistas y los sponsors.

De manera que, nos hemos ido identificando algunos de los que hacemos esta nueva suerte de comunicación del automovilismo.

Ya vimos que hay enormes senderos por los cuales dejar correr nuestra energía.

Hay mucho en que contribuir a nuestro deporte predilecto. A la par que se ve, que hay muchos sujetos que están empeñados en perjudicarlo por anteponer sus intereses bastante mezquinos.

No hay mucho que discutir: la Fórmula Uno está en un periodo de transición, según le han llamado con mucha elegancia, y será este nuevo cuño de periodistas, quienes más y más pronto la van a beneficiar decididamente.

El periodismo tradicional no tiene el impacto proporcional a la importancia de nuestro deporte. El automovilismo ocupa espacios muy pobres y está cubierto con una voluntad en la que se aprecia su esclerosis crónica.

¿El gremio en el que estás metido, qué pretende?
Ponerse al servicio del rejuvenecimiento del formulismo: Darle curso a la enorme potencia que tenemos. La velocidad con que llegamos. La fuerza de nuestra comunicación y su dinámica. Su belleza. La amplitud de onda. La precisión. Pero por sobre todo: la suma de caballaje.

Yo solo con mi blog, tengo un alcance, el cual sumado al de mis colegas es asombroso y viceversa.

Podemos desempeñar una función, que tiene que imaginársela Jean Todt, si de verdad quiere hacer algo por la Fórmula Uno y por el asunto del coche en general. Lo de la motricidad…

Pero también los equipos y los profesionistas que se desempeñan en las competencias más importantes del mundo y, ni hablar de los patrocinadores.

¿No basta una buena editora cibernética y ya?
No. No basta porque lo que se requiere para llegar al mundo, es la diversidad de mensajes, de tonos, de coloridos. Expresiones complementarias. Dejar que se escuchen todas las voces y facilitar que haya este organismo, que hemos creado, para que represente, arbitre y si se puede hasta que norme.

La buena fe. La honradez de propósitos debe de ser fuerte, contundente y por supuesto: capaz de interactuar con autoridades y con otros organismos que ya existen.

Tengo la confianza y un gradiente de comunicación con los que ya estamos reunidos, que es muy prometedor.

La Fórmula 1 nació en 1950 porque era necesario agrupar en un nombre a la máxima expresión del automovilismo internacional. Había que darle un cuadro de normas técnicas, deportivas a una especialidad que por entonces tenía muchas diversidades. La FOwwwA aparece en este preciso instante ¿por qué?
Porque la transición que experimenta la F Uno y nuestra fuerza tecnológica, están pidiendo a gritos un orden en la comunicación, que dirija nuestra energía lo mejor posible.

Sabemos lo que cuesta formar parte de un campeonato del Circo, los requisitos que debe reunir un equipo para estar en la grilla de la F1. Para ser un miembro parte de la FOwwwA ¿qué se necesita?

Se necesita ser comunicador sobre el tópico, periodista o amador. Que demuestre la periodicidad de su trabajo, su antigüedad, una razonable buena factura. Tal vez una tendencia ética positiva. Que sirva a sus lectores y a los fanáticos. Que potencialmente contribuya a que la F Uno sea más y mejor.

¿Qué objetivos persigue la FOwwwA, a quien representa?
Reconocimiento oficial, semejante al que se brinda a la media tradicional. Unificar ciertos y determinados criterios. Brindar orientación y asesoría. Provocar toda la respetabilidad posible para sus agrupados. Ventilar entre ellos técnicas, modos, mejoras… Representa a internautas profesionales que se ocupan de la Fórmula Uno constantemente.

¿Cómo funciona la FOwwwA, cómo se compone, cuál es su telemetría?
Funciona On line. Somos ocho directores que representamos, por ahora, a los comunicadores en español y portugués. Cada cual nos ocupamos de un área.

Estamos listos, abriendo la convocatoria mundial para que se nos unan comunicadores www de todos los países y de todas las lenguas.

¿Requisitos para ser reconocido por la FOwwwA?
Solicitud de afiliación llenada y, ser aprobado por parte de nuestra asociación.

Tanto lo bueno como lo malo debemos agradecérselo a Ecclestone, porque sin él hoy no tendríamos F1. ¿A quiénes les debemos la FOwwwA?
A ocho periodistas iberoamericanos.

Empezamos dos argentinos y un mexicano. Luego se nos unieron dos españoles, enseguida dos brasileños y finalmente, el segundo de México.

Para terminar, ¿por qué un blogger cualquiera se debería cuestionar el abandonar la comodidad de su intimidad y unirse a la FOwwwA? ¿Qué le ofrece la organización que usted dirige? ¿Por qué someterse a unas normas?
En mi opinión, no hay un blogger cualquiera. Todos los blogs nacen de blogs previos. Pero eso es apenas parte de la realidad en la comunicación sobre el deporte del presente.


La prensa escrita, el viejo modelo de periodismo: consulta primero cibernéticamente y luego trabaja. Lo que no ocurre al periodismo por Internet, nadie que trabaja on-line se va al kiosco, compra un diario para consultar y luego produce.

De ahí surgen necesidades. Calidad, fidelidad, oportunidad o verdad en la comunicación, que son valores -nociones- como la democracia: requieren de regulación. Un mínimo, si es que hay muy buena masa crítica, pero regular o regularse.

Eso es lo que debe ser FOwwwA. Un ente que rompa el estigma de la red.

En la red hay mucha basura, se dice, no sin razón. Nuestra asociación debe coadyuvar para que no corran las heces de la Fórmula Uno.

Unirse a un órgano regulador para ser. Certificarse, parametrarse. Depurar el nucleo para de ahí tomar y devolver. Algo que es elemental. Toda actividad, toda profesión cuando se colegia es cuando vale.

Lo que debe ocurrir y no lo digo en forma de promesa, es que se nos debe de reconocer como colegiado y entonces, darnos las facilidades que merecemos cual un cuerpo periodístico o comunicador especializados en un deporte.

Lo que se ha realizado desde hace décadas con los agentes de diarios o los periódicos del mundo. Entre los que hay muchos zánganos, hay que decirlo también...

No soy político. Soy profesional de la Fórmula Uno y quiero, necesito colegas con los cuales polemizar, medirme, criticar; ayudar y ser ayudado. Me parece muy claro.

La FIA y los portagonistas del Circo lo entenderán a la primera.

Se va Honda, se retira BMW, ya dice adiós Bridgestone, Toyota se raja: pues llegamos nosotros para estar presentes y muy activos en la nueva era. Porque de seguro la competición seguirá...

La FOwwwA, no yo, ofrece agrupar.

Juntos depuraremos y haremos un trabajo más serio que el que pueda hacer la FIA en su departamento de prensa: seleccionar. Determinar. Separar el grano de la paja.

Una vez a la semana o mensual, algún periódico o revista del deporte trata bien y bonito los sucesos de la F Uno. Nosotros lo hacemos diario, teniendo como receptores a cientos de miles de personas. Cuando seamos más, es inimaginable el alcance que tendremos.

Las normas se irán estableciendo conforme se requieran. Estamos inmersos en un medio nuevo y hay que gestionarlo de manera nueva.

Si conseguimos obtener información de primera mano, fidedigna: vamos a expandirla con ese mismo pH.

Por eso es que, buscaremos a la voz de ya, obtener un cierto número de acreditaciones para asistir en persona a ensayos, reuniones y desde luego a los Grandes Premios.

Es obvio que no iremos todos a todo. Pero quien vaya en nuestra representación, tendrá la responsabilidad de representarnos y por lo mismo, transmitirnos cada detalle.

Haremos lo necesario para que escuderías, pilotos, empresarios y autoridades nos giren los "press releases" o boletines, para nosotros compartirlos, repartirlos y emitirlos a nuestros lectores a la velocidad y al tamaño del ciberespacio.

Tengo una certeza y mis actuales colegas la comparten: nuestra aparición es natural y también indispensable.


Vía │ FOwwwA

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